Page 24 - Foro Reflexiones sobre las tareas y retos de la Justicia Fiscal
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pecto de la cuantía, el interés controvertido en el Tribunal al mes pasado era de
537 mil millones de pesos. Ese dinero está detenido, no es ni del Gobierno Federal ni
es de los particulares mientras el Tribunal no tome una determinación.
También les digo con certeza que somos de los tribunales más rápidos del mundo. A
veces se dice que si queremos mejorar es porque andamos mal; no, no andamos mal
y lo puedo probar. Pero creo que más vale ver qué más tenemos que hacer.
No sólo tenemos que estudiar 160 mil demandas y emitir igual número de
sentencias. Cada expediente implica no sólo la demanda, sino también, acuerdos y
requerimientos relacionados con la demanda; la contestación a la demanda y sus
respectivos acuerdos; en su caso, la ampliación a la demanda y la contestación a
dicha ampliación; incidentes, alegatos, cierre de instrucción, etcétera; cumplimiento
oficioso; quejas; y además, en algunos casos tenemos que complementar las pocas
sentencias que son revocadas.
Nuestro Tribunal siempre ha gozado de mucho prestigio, somos un Tribunal honesto,
y no estoy diciendo mucho o poco ya que la honestidad no tiene grados. Todo eso lo
he visto de distintas formas, tengo alumnos que a veces prestan sus servicios como
pasantes o como oficiales jurisdiccionales y me dicen: “Qué bonito es trabajar aquí,
que ambiente se respira”.
Entonces, ¿qué problemas podemos tener? Por principio de cuentas hemos sido un
Tribunal especializado, aunque verdaderamente juzgamos el acto administrativo.
Es más, algún amigo mío, gran tributarista me decía: el fiscalista que no sabe de
administrativo es un fiscalero, no puede conocer bien, ni puede determinar bien en
materia tributaria.
Ahora, creo que el nivel de compromiso está fuera de dudas, y obviamente la calidad
técnica de las resoluciones es buena. Sin embargo, los altos inventarios desequilibran
los niveles y estándares. Les ruego dividan 160 mil entre 47, ceteris paribus, y vean
cuántas sentencias hay que leer, obviamente nada más la tercera parte le tocaría a
cada Magistrado, incluyendo la parte de juicios sumarios. Un Magistrado tiene que
firmar las otras dos y evidentemente tiene que leerla. Entonces, piensen cuánto
resuelven cada uno de mis compañeros en promedio.
Es fácil adivinar el problema por la cantidad de demandas. Tenemos que recordar,
como les dije hace unos momentos, que no sólo emitimos sentencias, instruimos el
expediente y además hacemos toda una labor administrativa y de logística.
Somos un Tribunal pequeño y austero; nuestro presupuesto es limitado y tenemos
que aprovechar nuestros pocos recursos. Ustedes lo pueden ver en la página web de
nuestroTribunal, también lo pueden ver en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
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537 mil millones de pesos. Ese dinero está detenido, no es ni del Gobierno Federal ni
es de los particulares mientras el Tribunal no tome una determinación.
También les digo con certeza que somos de los tribunales más rápidos del mundo. A
veces se dice que si queremos mejorar es porque andamos mal; no, no andamos mal
y lo puedo probar. Pero creo que más vale ver qué más tenemos que hacer.
No sólo tenemos que estudiar 160 mil demandas y emitir igual número de
sentencias. Cada expediente implica no sólo la demanda, sino también, acuerdos y
requerimientos relacionados con la demanda; la contestación a la demanda y sus
respectivos acuerdos; en su caso, la ampliación a la demanda y la contestación a
dicha ampliación; incidentes, alegatos, cierre de instrucción, etcétera; cumplimiento
oficioso; quejas; y además, en algunos casos tenemos que complementar las pocas
sentencias que son revocadas.
Nuestro Tribunal siempre ha gozado de mucho prestigio, somos un Tribunal honesto,
y no estoy diciendo mucho o poco ya que la honestidad no tiene grados. Todo eso lo
he visto de distintas formas, tengo alumnos que a veces prestan sus servicios como
pasantes o como oficiales jurisdiccionales y me dicen: “Qué bonito es trabajar aquí,
que ambiente se respira”.
Entonces, ¿qué problemas podemos tener? Por principio de cuentas hemos sido un
Tribunal especializado, aunque verdaderamente juzgamos el acto administrativo.
Es más, algún amigo mío, gran tributarista me decía: el fiscalista que no sabe de
administrativo es un fiscalero, no puede conocer bien, ni puede determinar bien en
materia tributaria.
Ahora, creo que el nivel de compromiso está fuera de dudas, y obviamente la calidad
técnica de las resoluciones es buena. Sin embargo, los altos inventarios desequilibran
los niveles y estándares. Les ruego dividan 160 mil entre 47, ceteris paribus, y vean
cuántas sentencias hay que leer, obviamente nada más la tercera parte le tocaría a
cada Magistrado, incluyendo la parte de juicios sumarios. Un Magistrado tiene que
firmar las otras dos y evidentemente tiene que leerla. Entonces, piensen cuánto
resuelven cada uno de mis compañeros en promedio.
Es fácil adivinar el problema por la cantidad de demandas. Tenemos que recordar,
como les dije hace unos momentos, que no sólo emitimos sentencias, instruimos el
expediente y además hacemos toda una labor administrativa y de logística.
Somos un Tribunal pequeño y austero; nuestro presupuesto es limitado y tenemos
que aprovechar nuestros pocos recursos. Ustedes lo pueden ver en la página web de
nuestroTribunal, también lo pueden ver en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
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